jueves, 3 de febrero de 2011

La Vela

Se ha apagado dejando la oscuridad. Tengo que encender la luz sin más. Todo quedo a oscuras y se perdió la magia del momento.

Volvemos a la normalidad, pasó el sueño, la fantasía, esos recuerdos y esas miradas al futuro, a un futuro que es cada vez más claro.

Ahí está la cera sólida, fría y quieta, apenas se ve el cabo negro quemado de la vela, un pequeño punto negro en una pequeña balsa fría de color marfil, casi blanco…

Pensamientos agolpados en torno a ese punto negro, como un naufrago en un mar helado…será así como te sientes a veces? Será así como se sienten los demás aunque a veces ni se den cuenta?

Me vienen a la mente esas escenas de los documentales donde una vista aérea nos lleva por un paisaje polar, blanco inmenso y sin que la vista alcance a ver el final. Poco a poco se vislumbra algo, un punto… la cámara se acerca….. es un animal, quizá un pequeño zorro perdido en esa magnitud de desolación, en ese inmenso desierto frio…..resiste pero finalmente será pasto de la desolación se ese entorno, de ese inmenso vacío. Así te sientes tú?

Lo que ha dado de sí mirar una vela y su llama, verdad? El neón tiene más colores, parece más vivo pero es artificial…. Carece de la calidez de la llama de la vela, de su serenidad y de su elegancia mientras consume la vida degustando cada segundo y sin esconderse de su final conocido, como yo. Asumiéndolo con esa infinita paciencia que aporta el conocimiento de los años, la experiencia, las vivencias. Saboreando cada minuto de cada día, dejando pasar el tiempo inexorable e inevitablemente obligándome a vivir de la mejor manera posible e insuflando cada día en mi espíritu los mejores pensamientos, los más positivos, los más alegres, los que me hagan sentir más feliz que ayer.

Buscando en un viaje interminable aquello que finalmente me haga sentir la persona más dichosa del mundo, esperando encontrar el complemento adecuado para terminar ese viaje algún día con la plenitud total.

Con estas líneas doy por pasada la página de la vela, la cera y ese efímero viaje por las soledades ajenas. Buen viaje y buena suerte.