miércoles, 16 de febrero de 2011

De nuevo por aqui

Nuevos vientos y retomamos la faena..... Alguien muy querido para mi ha hecho un dibujo para ilustrar el blog y es una idea que a partir de ahora tendré en consideración para no hacer tan aburridas las lecturas.


Se supone que es la imagen que represento aunque no me veo con esos "mocos" ni esa cara triste!!!

sábado, 5 de febrero de 2011

Rupturas - Dependencia y Terapia (I).

La relación D/s está basada en un intercambio mutuo de satisfacciones entre el Dominante y la sumisa y hay diversas maneras de enfocarlo o entenderlo, según la apreciación que tengo y que evidentemente no es más que una idea que expongo en primera persona, reconociendo de antemano que habrá miles de formas de verlo y admitiendo cualquier corrección que se me quiera hacer.

Por un lado, el Dominante espera recibir de la sumisa la atención y la devoción que desea y que ella manifestará de diferentes formas como son su obediencia, su predisposición a complacer, su abierta disponibilidad, siempre y para todo, en la confianza que tiene en esa mano que se le tiende. Es muy breve y simplista la exposición pero así quedará dado que mi interés por el momento es desarrollar lo que entiendo que hay en la otra orilla y en la que siempre me he aplicado al máximo para intentar comprender y aprender.

Por otro lado, la sumisa recibe o espera recibir de esta relación sosiego, control, orden, cariño, atención y en cierto modo y como complemento, juegos que le aporten otro tipo de satisfacciones físicas aparte de las emocionales que de las anteriores ideas se pueden desprender.

Esta relación desde siempre ha creado una dependencia emocional de la sumisa al Dominante que está basada en un sentimiento que conocemos como amor en una de sus múltiples acepciones aunque en lo que concierne al BDSM, este amor va mas allá de lo que en otro tipo de relaciones se experimenta por que la entrega de la sumisa es mucho más profunda.

Cuando estas relaciones flaquean, ambas partes sufren las consecuencias si bien la peor parte la suele llevar la sumisa, ya que si la relación llega a la ruptura, se encuentra en un caos y desconcierto absoluto en el caso de que su entrega fuese sincera y profunda, claro. En otros casos, en “quince días” lo tienen resuelto.

Mucha responsabilidad de cómo quede la situación de la sumisa la tiene el Dominante, si es quien toma la iniciativa de romper, ya que si las causas objetivas de esa ruptura no son más que el simple agotamiento de la relación, El tiene que tratar por todos los medios de explicar a la sumisa con claridad las razones de la ruptura y si es el caso, permanecer a su lado durante un tiempo que podríamos llamar de manera coloquial, desenganche. Personalmente considero una obligación de todo Dominante actuar de esta manera ya que El es responsable de su obra incluso después de terminada la relación. Ni que decir tiene que esa responsabilidad incumbe siempre a sus actos, claro.

Las secuelas de esta nueva situación que encuentra la sumisa son muy parecidas a las que experimenta cualquier dependiente ya que queda un vacio en su día a día que no sabe bien cómo llenar, por muy fuerte e inteligente que sea la persona, y que en algunos casos pueden ponerla en situaciones extremas, bien haciendo lo imposible por alejarse de todo el ambiente e ideas BDSM, lo cual le causa enorme frustración y estados alterados de tensión o por el contrario, entrar en una carrera a tumba abierta en busca de una persona o situaciones que cubran aunque sea accidentalmente y temporalmente, ese vacío. En cualquier caso, suelen ser posturas muy extremas y radicales siempre motivadas por la inseguridad, el miedo, la soledad e incluso la insatisfacción en otros órdenes.

Como siempre que escribo acerca de mis ideas, lo hago con el propósito de incitar a la opinión de los demás y a crear “debate” en torno a ello. En este caso y por la extensión y profundidad que puede alcanzar el tema, lo desarrollo en dos partes, esta primera en la que se introduce a la situación de “abandono” que experimenta la sumisa en la ruptura de la relación, sin entrar en las causas de ello y que repasaré en la segunda parte que espero que de mucho juego ya que expondré mis ideas acerca de la “terapia” a seguir para pasar ese trance sin pretender desde luego sentar cátedra ni mucho menos, ya que se tratan solo de ideas personales y por supuesto, no soy psicólogo ni nada parecido, solo uno más que navega en este mar de dudas que es el BDSM en las situaciones más delicadas ya que finalmente, somos siempre personas.

jueves, 3 de febrero de 2011

La Vela

Se ha apagado dejando la oscuridad. Tengo que encender la luz sin más. Todo quedo a oscuras y se perdió la magia del momento.

Volvemos a la normalidad, pasó el sueño, la fantasía, esos recuerdos y esas miradas al futuro, a un futuro que es cada vez más claro.

Ahí está la cera sólida, fría y quieta, apenas se ve el cabo negro quemado de la vela, un pequeño punto negro en una pequeña balsa fría de color marfil, casi blanco…

Pensamientos agolpados en torno a ese punto negro, como un naufrago en un mar helado…será así como te sientes a veces? Será así como se sienten los demás aunque a veces ni se den cuenta?

Me vienen a la mente esas escenas de los documentales donde una vista aérea nos lleva por un paisaje polar, blanco inmenso y sin que la vista alcance a ver el final. Poco a poco se vislumbra algo, un punto… la cámara se acerca….. es un animal, quizá un pequeño zorro perdido en esa magnitud de desolación, en ese inmenso desierto frio…..resiste pero finalmente será pasto de la desolación se ese entorno, de ese inmenso vacío. Así te sientes tú?

Lo que ha dado de sí mirar una vela y su llama, verdad? El neón tiene más colores, parece más vivo pero es artificial…. Carece de la calidez de la llama de la vela, de su serenidad y de su elegancia mientras consume la vida degustando cada segundo y sin esconderse de su final conocido, como yo. Asumiéndolo con esa infinita paciencia que aporta el conocimiento de los años, la experiencia, las vivencias. Saboreando cada minuto de cada día, dejando pasar el tiempo inexorable e inevitablemente obligándome a vivir de la mejor manera posible e insuflando cada día en mi espíritu los mejores pensamientos, los más positivos, los más alegres, los que me hagan sentir más feliz que ayer.

Buscando en un viaje interminable aquello que finalmente me haga sentir la persona más dichosa del mundo, esperando encontrar el complemento adecuado para terminar ese viaje algún día con la plenitud total.

Con estas líneas doy por pasada la página de la vela, la cera y ese efímero viaje por las soledades ajenas. Buen viaje y buena suerte.