viernes, 24 de septiembre de 2010

Un viaje iniciático ( I )

Siete escalones….Siete pecados.

Allí estaba. Un agujero en el suelo tal como me lo habían descrito y en donde exactamente me lo había indicado aquel hombre.

Llegué allí sin mapa, solo con las orientaciones y los detalles que me había dado aquel ser entre grotesco y tenebroso en el cruce de caminos donde me había clavado atenazado por la duda.

Miraba un mapa topográfico pero no había indicación de donde se encontraba la gruta. Había llegado hasta aquí a través de un sendero que cada vez se hacía mas angosto y pesado de recorrer. Después de varias detenciones sumido en la duda, surgió de la espesura un hombre. Sus vestimentas eran extrañas. A caballo entre un anciano descuidado y un brujo de película. Tez ceniza, nariz aguileña, ojos negros sin brillo. Boca desdentada y barba blanca raída. Se cubría con un capote de pastor y un sombrero que había perdido el color original y ahora se podría definir como pardo. La figura se adornaba finalmente con una vara alta a modo de bastón y rematada por un penacho de lo que parecían cabellos. Preferí no pensar de que o quien.

No dijo nada, solo me miró ausente de reacción, como si estuviese esperándome. Me pareció inquietante su mirada y quede detenido por la sorpresa durante unos instantes.

Lentamente me recobré del sobresalto y le salude con efusión contenida sin recibir a cambio ni una palabra, ni un gesto. Solo una mirada inquisitiva y penetrante.

Señalándole el mapa le pregunté acerca de lo que se conocía en la zona como la Cueva de los Siete Pecados. Sus ojos se entornaron y entonces me habló con un hilo de voz apenas perceptible desde la distancia que nos separaba obligándome a acercarme con desgana y una cierta prudencia.

Ignoro completamente el mapa y usando su vara, trazo en el suelo algunas indicaciones complementando el gesto de su mano y las referencias que me iba dando penosamente con su voz gutural ahora.

Tomaba apresuradamente notas en mi mapa para hacer coincidir sus explicaciones con los detalles del mismo pero me hablaba de caminos que no estaban en el. No obstante, la seguridad de su explicación me daba a entender que la información era correcta.

Una vez que concluyeron sus explicaciones, con un tono neutro me preguntó: Que busca en esa cueva?

- No lo sé, la leyenda y la curiosidad me han traído hasta aquí.

- No son buenas razones para entrar en esa cueva. Píenselo bien antes de descender los primeros escalones. Una vez que se entra, regresar es muy difícil volviendo sobre sus pasos y se verá obligado a seguir hacia delante. Y en ese trayecto muchas almas se han perdido. Mucha gente se ha perdido…..mucha gente ha desaparecido…..

Al igual que me había pasado en la última población donde pregunté, el tono de advertencia que recibía era siempre de respeto a lo desconocido, como si un gran secreto estuviese guardado en esa cueva de la que, al parecer, nadie regresaba o los que lo hacían, nunca hablaban de ello.

Pensando como recompensar la información y si era posible sonsacar algo más a ese ser que tenia delante, me quité mi mochila y busqué algo de comer para compartir con él y aprovechar la situación para informarme más acerca de la leyenda.

Cuando levanté la vista con un trozo de queso envuelto en la mano para ofrecerle un bocado a aquel hombre se me quedó cara de tonto. Tal como había aparecido, se había esfumado.

Y ahora estoy en medio de un bosque oscuro a pesar de ser mediodía, mirando ese agujero rodeado de maleza, de un par de metros de diámetro, sin balaustrada. Sin rastros que indiquen que por allí han pasado según dicen, cientos, quizá miles de almas y han descendido por lo que se atisba como una escalera.

Me acerco a la boca del agujero….efectivamente, hay una serie de escalones altos, incómodos para bajar una persona de corta estatura. Es una escalera de caracol y esos peldaños son enormes….son losas enormes…..se ve como desciendes mucho en unos pocos peldaños tal como se aprecian.

De hecho, desde cualquier posición que se mire, no ves mas allá de cinco o seis escalones……luego la oscuridad.