martes, 13 de enero de 2009

El Tránsito

Este es un pensamiento que llevo días en la cabeza y al que finalmente daré forma para dejarlo colgado aquí.

No tiene más trascendencia que, como siempre, meditar y quizá hacer meditar a quien lo lea, bien alguien conocido o alguien que llegó aquí por casualidad o curiosidad.

En el verano del 2008 me plantee entrar el mundo BDSM en su variante ciber con el fin de conocer a alguien especial de la forma mas cómoda y rápida. Me habían hablado de ciertos chats donde habitualmente charlaba gente afín tanto de un rol como del otro. Como experiencia era interesante y yo soy un gran curioso.

Me puse una fecha tope por que realmente no estaba muy convencido de que el medio fuese el adecuado. Soy de la “piel” y poco de las sorpresas que pueden deparar las conversaciones con alguien que se puede esconder perfectamente detrás de una pantalla y mostrarse como realmente no es. Sigo pensando que la mirada y los gestos son delatores y mis mejores aliados para evaluar el potencial de una persona.

Ahora he aprendido modestamente a intuir en la charla por este medio muchas mas cosas pero sigo convencido con firmeza de que la prueba final es el “cara a cara” aunque mi paciencia, desesperante a veces, me lleva a demorar ese momento hasta tener la convicción de que ya no hay mas errores.

Por que si, he cometido errores o quizá es que no me tomé las cosas tan en serio como debía y accedí a pagar el tributo de quedarme con la boca seca y el estomago revuelto por pasar un buen rato con alguien (despreciable incluso depués) para matar el tedio. Sabiendo de antemano como sabia que no era esa persona lo que yo buscaba he llegado a dar un paso del que luego me he censurado duramente.

Las he conocido (no a todas personalmente por fortuna), despistadas, curiosas, alegres, con deseos pero llenas de dudas, con muchos miedos, encantadoras, cariñosas, dulces, frustradas pero con un interior bellísimo…..

Siendo mas duro en la calificación, también las he conocido muy mentirosas, repugnantemente falsas, alocadas hasta el ridículo, inconscientes y sin querer entrar en otro tipo de detalles, alguna realmente me ha llegado a causar impacto por el auto-montaje mental que tenían para justificar solo sus pasiones que desde luego, no estaban ni por asomo, cerca de ser la forma de pensar de una sumisa.

No soy mejor que nadie, eso lo se y lo tengo claro. Solo en una cosa si me he diferenciado de todas esas personas independientemente de su rol: Mis ideas están claras, las he expuesto desde el primer momento con honestidad y claridad, nunca he engañado a nadie sobre lo que busco y quiero y solo desde ese punto de partida seré capaz de iniciar el camino de nuevo con alguien que si tiene que ser especial. Al menos para mí.