sábado, 13 de septiembre de 2008

A Una Indecisa.

Andas de acá para allá intentando llegar a tu verdad, sintiendo la necesidad de acceder a lo que deseas y sabes donde esta la puerta, pero no consigues dar con quien tiene la llave.

Vagas dando tumbos en pos de esa llave que sabes que solo tiene para ti una persona que buscas desesperadamente aunque exteriorizas indiferencia y mantienes la pose.

En el fondo sabes quien es pero reniegas de pedirla, esperando que Él venga a por ti y te enseñe el camino. Haces tímidas señales de que estas ahí, esperando a que Él te mire, confundida en tu deseo y anhelante en tu pasión.

De hecho, Él te ha hablado y tu, temerosa, te has mantenido distante por prudencia y esperando que tus mensajes silenciosos sean recogidos de nuevo por Él y que venga de nuevo dispuesto a llevarte casi por la fuerza.

Anhelas su seguridad, su tesón, su convicción, su firmeza de carácter y su ternura y cariño en el trato que te ha dispensado. Sabes que es Él pero le temes. Temes esa entrega que deseas en la eterna lucha entre tu cerebro y tu corazón por que sabes que una vez que reconozcas tu deseo de entrega, todo será diferente, no habrá escondite seguro ya para evitar lo inevitable.

Sabes que perderás casi el control de tus emociones por que Él te las provocará. Sabes que tu interior se transformará en un campo de batalla donde la razón perderá ante los sentidos. Sabes que desde ese momento tu mundo girará en torno a Él y aunque tu deseo es ese, tu miedo te detiene en dar el paso.

Pero lo darás por que Él es paciente, no demuestra prisa, te esta quemando la voluntad silenciosamente y eres consciente de ello. Hace que cada día tu deseo hacia Él vaya en aumento y vuelvas una y otra vez a reclamar su atención para después salir corriendo asustada ante las emociones que Él te provoca.

Pero cada vez tu huida es mas corta. Cada vez te quedas mas cerca y cada vez quieres sentir mas próxima la llama del deseo que te consume. Sabes que es inevitable pero luchas contigo misma.

Quieres entregarte, deseas sentir en primera persona la sumisión a Él. No será nada como lo que has escuchado ni lo que has leído, no será teoría ni chismes de charla banal. Será un torrente de sensaciones que irá en aumento cada día de tu aprendizaje, un derrumbe completo de tu virtud y el desplome de tu voluntad férrea hasta ahora.

No es nada doloroso sino un camino hacia la felicidad que anhelas, con sus espinas pero rodeándote el jardín de los mil colores que supone la sumisión. Sintiendo en tu cuerpo la sensación del placer desbocado que Él te provoca con su charla serena y el alud que sepultará tu indecisión haciendo que aflore lo que llevas dentro reprimido desde hace mucho tiempo.

Te acercas tímidamente y te vas corriendo, vuelves y huyes. Es el juego de tu entrega y Él lo sabe. Paciente como el cazador, espera que la pieza se canse para ir a por ella seguro de su triunfo. Tu también lo sabes pero no cedes, le provocas, te insinúas, te comportas distante y altiva, argumentas con firmeza y hasta casi con desprecio, aparentas serenidad y convicción. Le desafías con descaro.

Y Él sonríe y espera por que cada vez esta mas cerca tu rendición total y sin condiciones.

El Amo Ideal - Autorización

A veces la vida nos da sorpresas. Y después de intentar encontrar a Wicked para que me diese autorización para publicar su texto, que por otra parte se ha publicado en mil sitios sin ella, la suerte hace que me lo encuentre casi "de cara".

Por respeto no dire las circunstancias de la situación pero puedo afirmar que tengo su autorización de palabra para hacer uso de el en el blog, cosa que le agradezco desde aqui y especialmente, a la persona que hizo de puente para conseguirla.

Gracias a ambos y mucha suerte por que sois gente especial, sin duda.

Kraken.