lunes, 10 de noviembre de 2008

De la Cesión de la sumisa o sumiso.

La Cesión de la sumisa o sumiso no es un fin en si mismo en una relación BDSM sino una circunstancia que puede darse o no. En cualquier caso y dentro del realismo actual, esta circunstancia puede haberse pactado de antemano con lo cual las respuestas estarían dadas desde el principio.

Esta situación es algo que se da en las relaciones "vainillas" también aunque se les da otro nombre. Todos sabemos que existen los intercambios de pareja, los trios y las orgias. Muchas personas que realizan estas actividades lo hacen por un cierto sentido de pareja sin tener convencimiento total de ello, aunque luego, metidos en harina, lo disfrutan, claro. La cesión es parecida y en nuestro entorno se ha adaptado a las circunstancias de nuestro ambiente.

Normalmente la reacción de la sumisa es negativa a las cesiones por que en su sumisión siempre hay un punto alto de entrega solo a su Amo ya que el componente emocional juega un papel muy importante mientras que en el sumiso, si bien la sumisión y el amor por su Ama no desmerecen, su toque sexual es mas acentuado que el sentimental en una circunstancia de este tipo.

Aqui siempre se juega con una baraja marcada aunque muchas veces no la queremos ver. Un Amo no es un novio ni un marido. Es un Amo, ni mas ni menos. El sentimiento, el cariño y el amor que profesa a su sometido no es "vainilla", es de otro estilo, es otra forma de ver el sentimiento. Lo sabemos todos pero liamos las cosas muy a menudo.

Estas cesiones pueden ser en una sesión, unos días, semanas o periodos de tiempo mas largos. Incluso seis meses como conozco algún caso. Hay cesiones que se han realizado por dinero. En cuanto al detalle, puede tener su morbo pero si realmente se ha hecho con ánimo de lucro, personalmente me parece inadmisible.

Ahora bien, por que un/a Amo/A puede llegar a ceder a su sumisa/o?

En la búsqueda incansable de situaciones cada vez mas atractivas para ambos, la parte Dominante puede proporcionar a la parte sumisa un acto de este tipo donde los esquemas y rutinas cambien totalmente y los placeres sean completamente nuevos en función de ese nuevo escenario.

No olvidemos que dentro de la relación A/s hay una gran dosis de fantasia y la parte sumisa suele ser un saco sin fondo en anhelos y muchas veces, deseos de todo tipo aunque no lo mencionen. Aqui es donde el Dominante debe de saber jugar su papel proporcionando esas situaciones, inventándolas si es el caso pero siempre sabiendo dosificarlas.

También puede darse el caso de que el Amo considere oportuno ceder a la sumisa como castigo por una desobediencia tan grave como para aplicar una ruptura y alejamiento durante un tiempo sin perder el control total de la situación.

Es un asunto delicado en la relación D/s por que puede provocar reacciones inesperadas de la parte sumisa que se puede ver humillada hasta un punto no deseado y renunciar o por otro lado, mas común en los sumisos, aportar una cierta dosis de morbo añadido a la relación. Como todos sabemos, cada persona es un mundo y aquí es obligación inexcusable del Dominante, calcular bien sus actos por la repercusión que pueden tener.

Ahora bien, el hecho de la cesión es un desprecio hacia el sumiso o sumisa? Es un gran punto de debate y seguro que hay mil opiniones aunque solo dos aspectos. O si o no. El mio es un "no". No hay desprecio por que no es esa la intención final de la cesión nunca. Entiendo que si llegase el caso de ceder a mi sumisa despreciandola lo primero que tendría que revisar son mis principios y posiblemente deberia de dar por finalizada la relación con la sumisa para no dañarla ni fisica ni moralmente ya que si la cedo, exigiriré que cumpla mis deseos con alegria y eso no es posible si por mi parte lo que hay es desprecio.

En cualquier caso, no veo ningún problema en el hecho de la cesión de la sumisa o sumiso, si bien es verdad que personalmente y en circunstancias normales, no lo haría mas que en mi presencia, digamos que en una sesión por ejemplo, pero manteniendo siempre el control de la situación.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Alegrías, decepciones, tristezas….alegría, decepción, tristeza….alegría? …decepción……indiferencia?

El farragoso, duro y dulce camino de la educación de una sumisa tiene mucho de todo esto que encabeza estas líneas.

Encuentras o te encuentra una persona, en este caso mujer. Dada mi condición masculina es lo que toca, pero todo esto es aplicable a ambos sexos, por supuesto. En la charla se confiesa curiosa y ferviente alumna para aprender éste camino con la convicción de ser una sumisa sin orientar pero eso si, con la predisposición total para ello… eso dice.

A medida que vas profundizando en su personalidad te empieza a invadir esa sensación de estar perdiendo el tiempo que es de lo peor. No obstante, no te das por vencido y arañas en cualquier detalle que te lleve a conocer si realmente existe en el fondo de su ser esa vocación latente sin pulir en tu ansia de ser el mejor, de sentir la satisfacción de educar.

Pasan los días, interminables charlas que no llevan a ningún sitio….empiezas a aburrirte por que ves que definitivamente no hay nada interesante, desde éste punto de vista, que merezca ni un minuto mas de tu tiempo.

Empiezan a fluir detalles inconexos, pequeñas mentiras creadas, ocultación de situaciones, negación de evidencias…. Una maraña de juegos en el límite de lo racional, donde te piden paciencia, comprensión y confianza al tiempo que siembran tu desconfianza total ante lo que vas viendo.

Decides cortar amarras y no dejarte la piel en algo que no te interesa. Te quedas con la sensación rara que hay que tener mas cuidado, de no permitir que te mientan, que se mientan o que se inventen un mundo que no conocen.

Quizá la mentira es lo peor de estas situaciones. Y las hay muy dadas a ello. Incluso a hacerse pasar, consciente o inconscientemente, por lo que no son pero lo mas curioso, es que tampoco les interesa. Sus miras van por otro sitio y lo asocian con esto desgraciadamente.

Se escucha frecuentemente lo difícil que es encontrar un Dominante con las ideas claras, la paciencia y el saber hacer para llevar a su complemento por nuevos senderos desconocidos.

Es evidente que nadie esta en posesión de la verdad pero tan difícil debe de ser dar con ese Dominante “perfecto” como encontrar la sinceridad y honestidad de sentimiento en la sumisa o aspirante que, como tal, se presenta.

No nos engañemos. Este mundo tiene un atractivo especial para muchos. Se acercan a ello con curiosidad y autentico interés. Conocen y quieren conocer mas pero en sus límites mentales, renuncian a emprender el camino, bien sea por miedo o por que sus ideas no tienen nada que ver con esto. Pero se niegan a reconocerlo. Insisten una y otra vez en su condición sumisa cuando sus miras realmente van por otros derroteros.

Aquí esta todo inventado, se sabe lo que es cada rol, los papeles están repartidos desde hace siglos y el sitio de cada personaje esta bien definido. Es voluntario, nadie obliga a nadie a venir a ello, pero si decides entrar, acepta las normas.

Si realmente tu sentimiento sumiso esta latente, una recomendación: Ponte frente al espejo y piensa de verdad hasta donde estas en disposición de llegar. Pregúntate por que quieres adoptar el rol sumiso, por que hacer esa entrega a otra persona. Lee todo lo que puedas sobre esto, habla con gente que presupongas informada, no escondas tus dudas, pregúntalas abiertamente y llegado el momento, actúa con honestidad. Muestra tus limitaciones y tus miedos. No confundas ni te confundas. Se humilde pero sobre todo, repito, actúa con sinceridad y honestidad.

El Dominante no es un enemigo, es alguien en quien puedes y debes confiar, no mientas, no escondas detalles, responde con nobleza, disfruta de tu entrega y si llegas a tener la firmeza y convicción de tu rol, déjate llevar y disfruta del vuelo a ese sitio recóndito donde las almas son ligeras.

Solo “El” esta en disposición de transportarte a ese lugar que deseas y tu eres el complemento perfecto de su vida. Asume tu condición con humildad y entrégale tu cuerpo y toda la fuerza de tu alma con el deseo de verle feliz y orgulloso de tu entrega por que eso te reportará la felicidad que buscas.

Creo que al menos los que sentimos la personalidad Dominante en nuestro interior tenemos una idea clara: No mentimos y no nos mentimos. Somos lo que somos, nos gusta lo que nos gusta y con más o menos trabajo y tesón, alguna satisfacción hemos obtenido a lo largo de años de devoción por esta forma de vida alternativa.

viernes, 10 de octubre de 2008

Disciplina para una sumisa rebelde.

Esta disciplina, como otras, se aplica con el fin de hacer meditar a la sumisa acerca de un comportamiento indebido y de cierta gravedad. En función de la gravedad del hecho, se aplicará una sola vez o repitiéndolo durante un periodo de tiempo (varios días, una semana, dos…..)

La sumisa pondrá un reloj en el suelo y a continuación, desnuda y en posición arrodillada, rodillas y tobillos juntos, ella pondrá una moneda sobre la parte anterior de cada uno de sus muslos próximas a la rodillas (un poco de saliva bastará para que queden “pegadas”) y a continuación sujetara las monedas con los codos mientras las manos permanecen en sus mejillas con las palmas abiertas y el dedo corazón en contacto con el lóbulo de su oreja.

Permanecerá en ésta postura durante el tiempo que considere oportuno su Amo y durante ese tiempo leerá el texto que a continuación se reproduce y que previamente habrá escrito a mano o su Amo se lo habrá proporcionado para que cumplimente su ejercicio de corrección tantas veces como dé lugar en el tiempo estipulado. Recomiendo 15 minutos mínimo y 30 máximo. En el caso de que una de las monedas se caiga, se detiene el ejercicio y se vuelve a comenzar sin tener en cuenta el tiempo transcurrido hasta ese momento.

“He ofendido a mi Amo, al que respeto y amo profundamente y cumpliendo éste castigo quiero demostrarle mi sumisión y arrepentimiento por mi falta.

Soy de El por que consciente y voluntariamente me he entregado a El y mi felicidad es verle satisfecho y orgulloso de mi comportamiento, hacerle sentir el respeto y obediencia que se merece y mi sumisión total a El.

Mis errores de comportamiento los corrige con serenidad y cariño pero con la firmeza que merezco para no volver a incurrir en las mismas faltas.

Soy su sumisa, su propiedad y su objeto de placer. Su felicidad esta por encima de la mía y siempre antepondré sus deseos a los míos.

En adelante vigilaré mi comportamiento y me anticiparé incluso a sus deseos, tomando las iniciativas que se que le agradan y comunicándoselas inmediatamente para darle las satisfacciones que se merece por su dedicación a mi.

Cuando termine mi ejercicio de corrección, me sentiré más suya y en adelante controlaré mi rebeldía, mi egoísmo y mis reacciones demostrándole continuamente mi disposición para atender todos sus deseos sin objeciones”.


Una vez concluido el correctivo, la sumisa escribirá a su Amo la sensación aportada por el ejercicio, así como todo lo que ella desee manifestar acerca del incidente que lo ha provocado.

sábado, 13 de septiembre de 2008

A Una Indecisa.

Andas de acá para allá intentando llegar a tu verdad, sintiendo la necesidad de acceder a lo que deseas y sabes donde esta la puerta, pero no consigues dar con quien tiene la llave.

Vagas dando tumbos en pos de esa llave que sabes que solo tiene para ti una persona que buscas desesperadamente aunque exteriorizas indiferencia y mantienes la pose.

En el fondo sabes quien es pero reniegas de pedirla, esperando que Él venga a por ti y te enseñe el camino. Haces tímidas señales de que estas ahí, esperando a que Él te mire, confundida en tu deseo y anhelante en tu pasión.

De hecho, Él te ha hablado y tu, temerosa, te has mantenido distante por prudencia y esperando que tus mensajes silenciosos sean recogidos de nuevo por Él y que venga de nuevo dispuesto a llevarte casi por la fuerza.

Anhelas su seguridad, su tesón, su convicción, su firmeza de carácter y su ternura y cariño en el trato que te ha dispensado. Sabes que es Él pero le temes. Temes esa entrega que deseas en la eterna lucha entre tu cerebro y tu corazón por que sabes que una vez que reconozcas tu deseo de entrega, todo será diferente, no habrá escondite seguro ya para evitar lo inevitable.

Sabes que perderás casi el control de tus emociones por que Él te las provocará. Sabes que tu interior se transformará en un campo de batalla donde la razón perderá ante los sentidos. Sabes que desde ese momento tu mundo girará en torno a Él y aunque tu deseo es ese, tu miedo te detiene en dar el paso.

Pero lo darás por que Él es paciente, no demuestra prisa, te esta quemando la voluntad silenciosamente y eres consciente de ello. Hace que cada día tu deseo hacia Él vaya en aumento y vuelvas una y otra vez a reclamar su atención para después salir corriendo asustada ante las emociones que Él te provoca.

Pero cada vez tu huida es mas corta. Cada vez te quedas mas cerca y cada vez quieres sentir mas próxima la llama del deseo que te consume. Sabes que es inevitable pero luchas contigo misma.

Quieres entregarte, deseas sentir en primera persona la sumisión a Él. No será nada como lo que has escuchado ni lo que has leído, no será teoría ni chismes de charla banal. Será un torrente de sensaciones que irá en aumento cada día de tu aprendizaje, un derrumbe completo de tu virtud y el desplome de tu voluntad férrea hasta ahora.

No es nada doloroso sino un camino hacia la felicidad que anhelas, con sus espinas pero rodeándote el jardín de los mil colores que supone la sumisión. Sintiendo en tu cuerpo la sensación del placer desbocado que Él te provoca con su charla serena y el alud que sepultará tu indecisión haciendo que aflore lo que llevas dentro reprimido desde hace mucho tiempo.

Te acercas tímidamente y te vas corriendo, vuelves y huyes. Es el juego de tu entrega y Él lo sabe. Paciente como el cazador, espera que la pieza se canse para ir a por ella seguro de su triunfo. Tu también lo sabes pero no cedes, le provocas, te insinúas, te comportas distante y altiva, argumentas con firmeza y hasta casi con desprecio, aparentas serenidad y convicción. Le desafías con descaro.

Y Él sonríe y espera por que cada vez esta mas cerca tu rendición total y sin condiciones.

El Amo Ideal - Autorización

A veces la vida nos da sorpresas. Y después de intentar encontrar a Wicked para que me diese autorización para publicar su texto, que por otra parte se ha publicado en mil sitios sin ella, la suerte hace que me lo encuentre casi "de cara".

Por respeto no dire las circunstancias de la situación pero puedo afirmar que tengo su autorización de palabra para hacer uso de el en el blog, cosa que le agradezco desde aqui y especialmente, a la persona que hizo de puente para conseguirla.

Gracias a ambos y mucha suerte por que sois gente especial, sin duda.

Kraken.

jueves, 4 de septiembre de 2008

El Amo Ideal

Me hubiese gustado escribir éste texto por que para mi, desde que lo leí hace tiempo, resultó la definición casi perfecta de lo que debe de ser un Amo.

He dudado en publicarlo en el blog por que no soy su autor, pero resume de forma tan sencilla una idea tan confusa a veces, que es sin duda, dificil de mejorar.

El autor, según he podido conocer es Wicked, a quien presento mis respetos si algún dia llega a conocer de su texto publicado aqui. Lo leyó como manifiesto en una mesa redonda que se celebró en el Club Cinco Rosas en Febrero del año 2.003 y fue aceptado por unanimidad por todos los asistentes.La redacción es, al parecer, tal como el quiso presentarlo y asi lo reproduzco en todos sus párrafos.


He aquí lo que yo creo que debe ser un Amo, o mejor dicho, lo que a mi me gustaría ser. No pretendo dar lecciones a nadie, simplemente exponer mi visión. Lógicamente habrá quien esté de acuerdo y quien no.

El Amo ideal sabe que su autocontrol es básico para dominar a su sumisa. Como Amo, es firme hasta el punto de hacer que las lágrimas fluyan y, como amante, no duda en lamerlas de su rostro. Acepta la veneración de su sumisa y corresponde con la ternura de quien sabe que su posición no se resiente por expresar sentimientos hacia ella. Consciente de la diferencia entre realidad y fantasía, no duda en olvidarse de los roles para ser un amigo cuando ella lo necesita.

Él entiende que para poseer a una mujer, se debe cortejar su mente con inteligencia y humor; ganar su alma con pasión y calidez, y su cuerpo con firmeza y determinación. Actúa como galante caballero movido por un antiguo código de honor que, los que no conocen critican o, en el mejor de los casos, aceptan sin comprender. De naturaleza protectora, defiende el honor de su sumisa que, por extensión, siente como suyo. Y es consciente de que la diferencia de los roles no implica inferioridad.

Él es un sutil sádico que utiliza el dolor para extender las fronteras del placer pero sin que ese dolor produzca daño. Es el tutor y el guía que hace volar a su sumisa proporcionándole la motivación para dar el salto inicial, el coraje para arrojarse al vacío, la determinación para mantenerse en vuelo y la osadía de perseguir cimas más altas. Pero no es un mago. Es simplemente un egocéntrico que persigue entrar en lo más íntimo y afianzarse en ese lugar. Pretende adentrarse en ese espacio recóndito donde nadie ha estado antes, ese rincón celosamente guardado fuera del alcance de los demás. Llegar a la caja de Pandora y que ella, voluntariamente, le entregue la llave para abrirla. Ese es el verdadero desnudo, la verdadera entrega, la verdadera rendición, el codiciado trofeo que espanta a muchos pero que Él persigue. Y la responsabilidad que acarrea ser investido con ese honor no le hace dudar sino perseverar en su objetivo.

El Amo ideal no es vago, ni mental ni físicamente. Consciente del respeto y de la dedicación debida a la persona que ha decidido entregarse, es suficientemente paciente como para estudiar y conocer bien a su sumisa. Conocedor de la frágil naturaleza del espíritu y de la mente humanas, nunca viola la lealtad de quien le ha entregado su voluntad puesto que sabe que la entrega hacia Él se refuerza a medida que la confianza se hace más profunda.

Seguro de su autoridad, no necesita de poses absurdas para demostrarla. Entiende los títulos como muestra de respeto y arrodillarse como muestra espontánea de genuina sumisión. No es partidario de rituales que banalizan y mecanizan actos cargados de significado y sentimiento. Su seguridad le permite reírse de Él mismo pero no le impide tener la humildad para aceptar ayuda y aprender de su sumisa y para crecer con ella. Sus herramientas son la mente, el cuerpo y el alma y se apoya en el látigo, las cadenas, las mordazas y los antifaces. Él es consciente de que la obediencia que nace del miedo al castigo es, en el mejor de los casos, débil y fugaz. La obediencia engendrada a partir de sentimientos reales de sumisión y de deseos de complacer a su Amo es, en cambio, inequívoca y duradera. Por encima de todo, Él sabe que el amor es la única cadena que realmente ata. Y ese es su objetivo.

Y sabe que sin ella, sin su sumisa, no tan sólo no puede alcanzar su objetivo sino que no es más que otro hombre cualquiera. Que cualquier poder que tenga le viene dado por ella y que su rol sólo se entiende en virtud de la existencia de alguien que libremente decide, por razones que son normalmente de difícil comprensión, otorgarle la oportunidad de realizar un apasionante viaje.

Bueno, como ya os he dado bastante la vara con lo que yo pienso, mejor acabar con una cita que creo resume muy bien algunas de las cosas que yo he intentado decir:

“Las sumisas son las guardianas de las llaves de los oscuros y húmedos sótanos donde las fantasías secretas de sus Amos las elevan al rango de divinidades”

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Reina de la Confusión.

Imprevisible. Así eres tú, Reina de la Confusión. No solo la tuya sino la que transmites a los demás, consciente e inconscientemente a veces también.

Contigo nada es aburrido, contigo nada es estable. Nada es lo que parece a simple vista. Siempre hay algo más.

Eres desconfiada, astuta, tenaz, aparentemente dura como la roca, impulsiva, maquiavélica…. A veces rozando la gloria, a veces la autodestrucción.

Así eres tú, Reina de la Confusión.

Tu interior esta lleno de fuego, de un fuego incontrolado e incontrolable a veces, de energías de todo tipo. Con un arsenal lleno de argucias, trampas y cebo para despistados que no dudas en usar.

Siempre en tensión, siempre dispuesta para dar la batalla, siempre alerta para acometer cualquier disparate que se te pase por la cabeza. Primero actúas y luego piensas. No mides las consecuencias, solo las sufres o las disfrutas cuando te sale bien.

Luego caes rendida, agotada de tus excesos, vulnerable y asequible. Desgastada por dentro y cansada por fuera. Sin saber donde esta el norte de las cosas y buscando la referencia de tu existencia.

Luego te paras a pensar en todo esto y te paralizas. Tu misma desconoces lo que te empuja a esos excesos y lo que te lleva a jugar con fuego. Pero nada te detiene por más empeño que pongas en ello.

Solo te puede hacer reflexionar alguien sereno, con aplomo, alguien que tu no seas capaz de demoler con tu ímpetu. Alguien que te trasmita la calma suficiente para enfriar ese volcán que llevas dentro.

Alguien que te imponga otro ritmo de hacer las cosas, que te dé sosiego, que te escuche hasta que te quedes sin fuerza en la voz y no seas capaz de alterarle con tus subidas y bajadas.

Una mano dura que te sujete y al mismo tiempo, suave. Que te tranquilice, que te acaricie pero que no tiemble cuando tenga que tirar de las riendas.

Kraken.

Rimas

Que es lo que tienes?
no sabes si vas o vienes.

Que tienes en mente que no te deja vivir?
Impaciente.

Por que te lo niegas
y por dentro estas que quemas?

Por que ese sufrimiento
para ahogar tu temperamento?

Por que te sientes cobarde
y tu alma esta que arde?

Por que dices no con la boca
y por dentro te desbocas?

Por que ríes y te mientes
y por la noche no duermes?

Por que dices que te sobra todo
y por dentro rebosas lodo?

Por que haces alardes de canto
y tu interior se baña en el llanto?

Demasiadas preguntas, verdad?

Y te mueres por venir
Y eso te hace sufrir

Te mueres por una mirada
Pero haces como si nada

Deseas una caricia y un roce
Pero reniegas del goce

Ahora ya me conoces.

Kraken.

Perra Fiel.

Permanezco a tu lado, como una perra fiel
postrada a los pies de su Amo.
Adivino en cada uno de tus gestos,
de tus palabras, de tus matices,
lo que sientes y necesitas.

El adiestramiento fue tan puro,
que solo hoy con el paso del tiempo
me doy cuenta del empeño
que puso el adiestrador
por sacar de mí,
una sumisión total.

El efecto es tan contundente,
que llego a ser feliz cuando tú lo eres,
aunque quede relegada a un segundo plano,

Y cuando te embargan momentos de tristeza
lamo tus penas como su fueran propias.

Malos tiempos para esta forma de vida
que apenas nadie entiende
y que oleadas de intrusos invaden
tomándolo como un juego,
haciéndome sentir extraña
en mi propio mundo de entrega.

Hoy una vez más te ofrezco lo que soy,
hasta donde tú quieras tomarlo,
porque tu dicha es la mia,
y envuelta en tu mirada,
me siento protegida y valorada.

Velare por ti en tus sueños,
y te acompañare cuando la luz se apague
para que nunca mas sientas vacío o soledad.
cuando el arco iris aparezca en tu cielo
y lo complete.

Me retirare satisfecha de ver la dicha en los ojos
de mi único y último Dueño.
Contigo terminara la historia de esta sumisa.
Corren malos tiempos.

Trycia.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Confusión

Expongo mi forma de ver las cosas, ya que a mi entender, la relación de sumisión hoy en día esta muy confundida con otro tipo de actividades y relaciones entre dos personas y si con ello se abre un debate, servirá para aprender mas cada día, algo que un Dominante no debe dejar de hacer jamás.

La sumisión tiene claramente definido su perfil y tal como escribió en su día T en las confesiones de una sumisa, su finalidad es servir y poner todos los medios a su alcance para que su Amo y Señor sea feliz. De ahí, la sumisa obtiene su felicidad que puede llegar por diferentes caminos y no solo por el placer físico que experimenta en determinadas actividades sino por el amor que recibe de su Dominante, ya que para El, ella es algo de valor incalculable.

Según mi forma de ver las cosas y en base a la experiencia de años, no puede existir una relación de sumisión sin un amor y una entrega mutuos y de gran alcance. Es quizá la relación mas sincera que puede existir entre dos personas ya que todo esta claro, se habla previamente y se ponen unos límites a ciertas actividades. Es mucho mas intensa, mas clara y mucho mas honesta que una relación convencional. Esta quizá sea la forma purista de ver el aspecto D/s pero creo en ello con firmeza.

No me confundo con otros aspectos (que respeto) de otro tipo de inclinaciones o de formas alternativas de vivir una relación pero no las catalogo como de sumisión si no existe ese amor y esa entrega real.

Con todo el respeto que me merecen esa formas de pensar, las relaciones basadas solo en actividades tipo bondage, spanking e incluso tortura y que se quedan ahí solo y exclusivamente para obtener placer sexual por otros caminos, no las puedo incluir en una relación de sumisión si solo es eso.

Habrá un Dominante o Amo que ejercerá el poder en esos momentos y una persona sometida a sus caprichos y solo en esos momentos. No hay carga de amor y solo hay sexo. No hay, rotundamente, una relación entre un Dominante y una sumisa real. Es solo un acto sexual mas donde el Dominante ejerce de sádico y la supuesta sumisa vive y disfruta su papel masoquista. Es una alternativa mas en las relaciones sexuales, ni mas ni menos. No hay cariño, no hay sensaciones emocionales, no hay calor, sentimiento….solo hay placer por la vía rápida.

Una relación D/s puede incluso vivirse a distancia pero tiene que haber tanta compenetración, tanta honestidad y tanta entrega que a mi personalmente me hace dudar de que sean posibles aunque hay personas que me lo han afirmado y aunque solo sea por el beneficio de la duda que se merecen, lo daré por bueno. Personalmente, esa relación sin el contacto físico tiene unas carencias que hacen que pierdan su valor o su atractivo.

Estas últimas relaciones se complementan normalmente con la facilidad de los medios modernos, pc y móvil que las dotan de una cierta realidad aunque sea virtual. Ya hemos llegado a la cibersumisión e incluso al cibersexo, panoramas que tienen su atractivo para muchas personas por la facilidad que aportan sobre todo para el conocimiento previo y que yo las considero, como mucho, la antesala de la realidad.

Con todo esto no pretendo decir que la sumisa real no tenga ideas propias o sea un mueble mas en el decorado de la vida de su Señor. Ni mucho menos. La sumisa real tiene personalidad, tiene incluso carácter y es una persona que pone su saber hacer en la entrega. Puede ser caprichosa, medirse con su Dominante con frecuencia, provocarle incluso pero sin perderle el respeto y por supuesto, sin dejar de respetarse ella misma en todo momento, ya que la verdadera sumisa siempre debe de mostrarse sencilla, correcta en sus formas y en definitiva, dejando ver que es una prolongación de las virtudes de su Dominante que unidas a las suyas, forman un todo de clase exquisita y buenas maneras.

Kraken

Reflexiones de una sumisa.

Mi sentimiento hoy es agridulce, he aprendido una nueva lección. Un poco diferente con la que no contaba, pero que ha dejado su huella. Aunque aparente total normalidad...lo llevo dentro.

Cuando una sumisa reconoce a su Amo y lo acepta como tal, su principal misión es servirlo, protegerlo y cuidarlo. Yo en cierta forma he expuesto al mío. La experiencia nos ha ayudado a los dos...pero no estoy contenta.

El sin embargo parece satisfecho. Humildemente le he pedido disculpas por mi falta de celo, que aunque lo use al principio enseguida lo cedí en mi afán, bien es verdad, de saberlo feliz. Lo que ha pasado había que vivirlo y así lo hemos hecho.

Pero me retraigo y medito...necesito mi tiempo para poder ofrecerle de nuevo lo mejor de mi misma en cada momento. No quiere, ni cede...se ríe y avanza.

Pero tiene que comprender....que las bases son necesarias...la fuerza esta en los cimientos. Es un buen "Amo"...su cariño y mi ternura...harán el resto.

Trycia.

domingo, 31 de agosto de 2008

La Cachorra

Después de mucho hablar, quizá no lo suficiente, hemos llegado al acuerdo de conocernos en persona y comprobar si nuestra aparente atracción nos puede llevar a alguna situación interesante.

Me recibe tal como sugerí, con un ligero vestido veraniego, sandalias con alza y evidentemente, sin ropa interior.

Noto que está a la espera de acontecimientos, expectante y quizá también llena de dudas. Es lo normal.

Después de cerrar la puerta tras de mi, la miro fijamente y le digo “aquí estoy”. Tomo la iniciativa y la atraigo con un suave abrazo, acaricio su pelo y la tomo del recogido que se ha hecho con energía. Levanto su cara y sin mas preámbulos, la beso la boca con fuerza. Siento como se relaja en el abrazo y sin soltarla, paso mis manos por su cuerpo lentamente.

Llego al final de su espalda y dejo mi mano como un aviso a los navegantes. Le doy despacio unos ligeros azotes y empiezo a notar su respiración mas acelerada.

Le suelto y le pido que me enseñe sus dominios. Esta nerviosa? Bien, hablemos unos minutos. Exponemos nuestros puntos de vista, nuestros deseos, nuestras inquietudes, hablamos de conocidos comunes, nuestras experiencias. Unos minutos que sirven para relajar la situación.

Nos hemos acomodado en su dormitorio que será nuestro escenario para éste primer encuentro. Un gran armario con el frontal de espejo domina la situación, justo delante de una gran cama que parece muy confortable.

El espacio es suficiente para lo que tengo en mente y calculo bien la situación ya que no quiero quedarme corto ni excederme en la presentación.

De pronto me levanto de mi silla y la hago poner en pié. Esta esperando ansiosa el momento en que empiece “la acción” y sabe que ahora empieza. La pongo delante del enorme espejo y le digo que se mire mientras permanezco a su espalda.

Acompaño mi presencia con unos ligeros azotes sobre la escueta ropa que lleva puesta y su rostro va cambiando. Mis palabras en su oído van causando efecto y cada vez noto mas acelerada su respiración.

Juego con mis manos bajo su ropa, acariciando, apretando y violando descaradamente su intimidad. Esta empapada y su respiración es agitada. No quiere hoy ataduras por precaución. Pactamos una palabra de seguridad para detener la acción en cualquier momento.

Hoy es un día de presentación nada mas, todo será muy ligero para darle indicios pero no quiero que tenga muchas referencias. Me gusta jugar con el factor sorpresa y asi procederé, con calma y pero sin darle tregua.

Ella se reconoce sumisa aunque carece de experiencia como tal y sé que esta cargada de fantasías pero por otra parte su carácter voluble y en cierto modo rebelde e inconformista me tienen prevenido de no hacerme ilusiones sobre su definitiva sumisión. Mis ideas están claras sobre lo que deseo y no estoy seguro de que las suyas coincidan con las mías así es que paso a paso y muy despacio todo.

De pronto corto en seco la acción y le recuerdo que no me ha invitado ni a un café y que me apetece. Quizá con un poco de desconcierto va a la cocina y me lo pone. Ya lo tenia preparado pero lo habíamos pasado por alto con la emoción de las presentaciones y la charla.

La observo detenidamente. Es bonita, me gusta, se mueve con gracia, tiene una boca sensual, los ojos ahora con un brillo especial. Se que es el mismísimo demonio con su carácter cambiante pero me atrae lo que intuyo que tiene en el interior y deseo hacerme el Dueño de su cuerpo y sus emociones.

Regresamos al dormitorio y sin más preámbulos la pongo de nuevo delante del espejo. Juego con mis manos por su cuerpo pero ya decidido a ir hacia delante mientras susurro en su oído lo que voy a hacer con ella usando las palabras que sé que contribuyen a aumentar su excitación.

Le quito el vestido y le dejo completamente desnuda frente al espejo. Quiero que se vea y que me vea como recorro obscenamente su cuerpo, tocando, palpando, acariciando, apretando, pellizcando todos los rincones, sin dejar nada sin explorar. Le ordeno que abra las piernas y ponga sus manos en la nuca. No quiero que se mueva pase lo que pase. Deseo que se mire ahora así, que se sienta entregada a mis caprichos que sé que es lo que le produce esa sensación especial.

He sacado ese collar que ella espera y se lo he puesto para que se mire. Es un collar de perro, de cuero grueso negro, ancho, con pequeños pinchos y tres chapas doradas. Es un collar de perra para jugar con ella y si se lo gana, llevará mi nombre en una de esas chapas. Pero ahora solo es para jugar. Luego no se lo dejaré. Tendrá que ganárselo.

He empezado a azotarla suavemente y se que quiere mas. La humedad que corre por sus muslos es delatora. Ahora cojo un gran pañuelo negro y tapo sus ojos. A partir de éste momento jugarán sus sentidos. Ella me ha dado su conformidad.

La cojo de los hombros y la arrodillo en la cama, abierta de piernas y a la altura exacta para que me saque el miembro y la coja desde atrás como a la perra que lleva dentro y la dé media docena de fuertes sacudidas que la hacen temblar mientras me dice que soy muy bruto. Pero su humedad la delata y sé que mis palabras hacen su efecto.

De nuevo en pie, abierta de piernas y con las manos en la nuca, le he propinado una serie de azotes que ponen su culo como la grana a medida que aumento la fuerza de los mismos. En cada uno de ellos se retuerce y le tengo que recordar continuamente que no quiero que se mueva. Paso la palma de mi mano por su sexo que ahora es un torrente que le baja por el interior de los muslos.

Tengo escondido un pequeño vibrador de efectos demoledores y una bola vaginal vibradora con mando a distancia. Primero le introduzco la bola que ella no sabe lo que es y le ordeno que la sujete con los músculos vaginales, y que no quiero que se le salga de ninguna de las maneras. De pronto activo el mando a distancia mientras sigo con la cadencia de azotes. Se retuerce pero sabe que tiene que recuperar la posición inmediatamente. Esta sudando y gime, respira agitadamente y tiene la boca entreabierta.

Después de unos minutos con esas sensaciones he aplicado el pequeño vibrador directamente en su clítoris y se le han doblado las piernas en poco menos de cinco minutos. Estaba esperando ese momento ya y se ha colgado de mi cuello en un abrazo tembloroso. No puede articular palabra y la sujeto hasta que se le pasan los temblores.

Kraken.

La Fiesta - Primera parte.

Llegaba ya con tres minutos de retraso a la fiesta, eso si conseguia en breve salir de aquel desesperante atasco. La sonrisa boba del taxista, que podia ver a traves del retrovisor me estaba poniendo aun mas nerviosa. Claro que si soy sincera,no era de èl totalmente la culpa.

Me habìa subido la falda para evitar que se arrugara en demasìa y una porcion generosa de muslos lo tenía hipnotizado.

Marta se enfadaría y mucho si no conseguía llegar a tiempo. Me lo había repetido hasta la saciedad: No llegues tarde!!.

Y esta vez me había esforzado porque fuera así. Sabia que mi amiga me perdonaría cuando viese el motivo de mi demora. Falda negra de raso, completamente ceñida, una blusa blanca transparente como un velo con un cuello imposible que llegaba hasta la boca del estomago y que evitaba mas de un infarto gracias a la cascada de chorreras que lo adornaban.

Por supuesto no llevaba sujetador. Mi ropa intima se limitaba a unas minusculas braguitas de encaje blanco acompañadas de ligueros y unas finisimas medias de seda, los altos zapatos tambien de raso completaban el conjunto.

Mi cuello desnudo indicaba a las claras que yo no pertenecia a nadie, cosa que me mortificaba un poco en ese tipo de reuniones en que las sumisas lucian orgullosas los collares de sus Amos como trofeos de guerra, pero viendome todo el mundo comprendia que si yo no tenia amo era simplemete por que no queria.,Mas de uno habria pagado una fortuna por poner su hierro en mi cuerpo.

Pero no...yo no queria solamente un Amo...queria ademas...Mi Dueño absoluto.

El frenazo brusco del taxi me hizo regresar al mundo rapidamente. Pague al buen hombre y como ensayo general de lo que me esperaba, abri las piernas de par en par durante unos instantes para que el esforzado miron no se olvidara de mi en mucho tiempo.Y luego como una princesa altiva baje del coche sin dirigirle ni siquiera una ultima palabra. Eso si...meneando las caderas un poco mas de lo normal para que esa noche tuviera un aliciente mas en sus pequeñas fantasias nocturnas. A la decima de segundo ya me habia olvidado de él para siempre.

Llegue a la entrada de la casa y antes de llamar me "recoloque" todo. El ultimo toque fue ponerme la mascara de plumas, antojo de la anfitriona para aquella velada. Me abrió la puerta del jardin una encantadora jovencita muy amable y algo "achispada".

Llegaba tarde...todo el mundo estaba ya mas que relajado y las risas y las voces suaves daban notas de cristal a la magnifica noche. Busque a Marta entre aquel mar de caras ocultas,una veintena de personas fluctuaban por el cuidado cesped. Logicamente ni rastro de ella si me vió..me ignoro por completo.

Asi que permaneci sola contemplando ahora un poco mas atentamente lo que tenia a mi alrededor. Lo mas llamativo las mascaras, todo el mundo habia cumplido a rajatabla el requisito.

Los señores impecables..aunque empezaba haber algun que otro descamisado y las sumisas como joyas sacadas de un cofre para la ocasion lucian explendidas sus impudicos vestidos.

Cinco o seis ademas del susodicho collar, llevaban magnificas cadenas de paseo y sus amos las mantenian sujetas a su lado. Coji una copa de una bandeja y me sente en una mesita un poco mas apartada bajo un enorme arbol. Aquello no me gustaba, pero poco mas podia hacer por el momento. Saque un cigarrillo de mi bolsito y envuelto en el aroma del mismo me llego otro mas embriagador. Una mano aparecio junto a mi boca como por arte de magia encendiendome el pitillo y una voz suave me pregunto sin ambajes:

-¿Donde esta tu Amo?.

Automaticamente,la mia bajo de tono y obediente respondí:

-No tengo amo...Señor.

-Levantate!- me ordeno-quiero verte.

lo hice lentamente, con la mirada clavada en el suelo, sin percatarme siquiera de que el antifaz no dejariá ver el pequeño detalle de respeto.

El sin embargo no se perdio ni un detalle y notaba su mirada ardiente recorriendome una y otra vez. Su olor ahora mas cercano me hizo aspirar el aire con ansiedad y mi boca se entreabrio para recibirlo de lleno, como premio e inesperadamente note una calida humedad en mi sexo, como si una trompeta de guerra lo hubiera despertado de su letargo.

Trycia

domingo, 17 de agosto de 2008

La Primera Entrega - Explicación

Por razones obvias, no hay detalles intermedios. Parece que falta algo...y asi es. Quien entiende, no lo necesita y quien aterriza aqui por curiosidad, tampoco.

Podria ser como darle una caja de bombas a un niño para que juegue.

La Primera Entrega (parte tres)

Estas tendida en el suelo ahora encogida, completamente agotada, temblando, sudorosa. La mirada perdida en algún punto de la pared blanca. Solo te mueven los espasmos que aun tiene tu cuerpo y que no puedes controlar.

Me acerco a ti y te levanto con cuidado. Te abrazo y te apoyas en mí con el cuerpo flojo. Se que aún no sabes posiblemente donde estás. Las sensaciones han sido muy fuertes y aunque podías imaginar…. todo esto lo ha sobrepasado.

Despacio te llevo andando al cuarto de baño por el pasillo, te apoyas en mí y vas recobrando la conciencia poco a poco. Me miras incrédula, estas como mareada. Te beso suavemente los labios pero te limitas a dejarme hacer…. como hasta ahora.

Todo ha sido un dejarte hacer que te ha llevado a sitios donde nunca pensaste. La confianza que has depositado en mi te ha merecido la pena; estoy seguro de que eso lo escucharé mas tarde, cuando te recuperes.

Te siento en una banqueta mientras abro el agua caliente y te preparo un baño. Estas aun como ida y necesitas relajarte. Mañana hablaremos de todo con calma. Creo que no has asimilado lo sucedido.

Te enjabono en la bañera y parece que te duermes…..Me dices…aun no has cenado. Sonrío ….

– Tú tampoco has comido nada. Tienes hambre?
– Ahora tomamos algo si te parece. Tengo preparadas algunas cosas.

Abres los ojos con una sonrisa, parece que vas volviendo a la realidad despacio. Me miras con cara de intriga aún y tu sonrisa se hace más amplia.

- Esto era todo? Te empiezas a reír…….. Murmuras…. ”Gracias. Bésame, anda, lo necesito”.

Sin pensarlo mucho, empiezo a quitarme la ropa delante de ti y me meto en la bañera poniéndote entre mis piernas, tu espalda contra mi pecho.

Echas la cabeza hacia atrás buscando ….. Un beso quizá? Te enjabono despacio con la esponja. Gimes bromeando…mmmm…… esta golosa ahora…tierna…

Te levantas y te pones frente a mi, desnuda y desafiante. Me miras con cara de picara: Cenamos algo y después hablamos si te parece……

Sales de la bañera y coges un albornoz grande….es de mi talla, lo abres: “Señor, te espero”.

Vas andando por el pasillo mientras te pones el albornoz moviendo las caderas de forma exagerada…estas de buen humor y juguetona.

Enciendes la luz de la cocina. Abres el frigorífico y empiezas a sacar bandejitas mientras te giras y me invitas a coger una botella de vino de un mueble. A mi elección. Tú también tomarás vino, te apetece ahora.

Nos sentamos en silencio a comer y abro la botella de vino, te sirvo un vaso y brindamos…por que brindamos? Tú tienes un brindis preparado…..

- Por ti, mi Señor, por todo lo que me has dado, por todo lo que me vas a dar y por todo lo que quiero que tomes de mí, que es tuyo.

Levanto el vaso y veo en ti una persona diferente. Has asumido con naturalidad todo lo que hemos ido hablando anteriormente. Ahora es el momento de las palabras y quiero saber de tus labios lo que piensas.

- No me imaginaba las sensaciones tan intensas que me ibas a proporcionar, no tenia ni idea. Hemos hablado mil veces de ello pero faltaba la realidad. Sentirte, sentir tu voz, sentirte como hombre, como me has llevado, me has transportado, sentir como haces conmigo lo que deseas y como me pongo en esos momentos, no sé decirte que no a nada, me he sentido la mas perra de todas y esa sensación me excitaba mas, quería dártelo todo, entregarte todo……

Sonrío de nuevo mientras te miro. Aceptaste ser mi sumisa con ciertas dudas acerca de lo que podría suceder en la realidad. Ahora lo sabes y ahora sé que ha empezado tu camino. Lo deseas y quieres entregarte al hombre pero sobre todo a tu Amo, verdad cachorra?

viernes, 15 de agosto de 2008

Negociación

Por fin has accedido a que nos veamos después de varias charlas telefónicas. Has tomado muchas precauciones y lo comprendo en los tiempos que vivimos.

Sabes que en un momento u otro has de correr el riesgo y lo único que intentas es minimizarlo aunque creo que ambos conocemos ya el final de todo esto.

Hemos quedado en esa cafetería céntrica donde te sientes segura. Hay afluencia de público y eso te tranquiliza. Me ves sentado en una mesa al fondo, la más discreta que he podido encontrar en un rincón. Vine con bastante tiempo de antelación precisamente para ocupar esa mesa.

Te has vestido como te sugerí y eso me agrada. Otro paso que has dado. Una camiseta veraniega blanca ceñida y una falda vaporosa de colores, sandalias con tacón y las uñas pintadas de rojo vivo. No te gustaba el rojo pero lo has hecho. Seguramente cuando te pregunte sobre tu ropa interior no me sorprenderé si me respondes “blanca”. Conoces mis gustos ya.

Vienes con una sonrisa hacia la mesa y te veo más atractiva de lo que imaginaba. Me das dos besos y te sientas frente a mí, dando la espalda al resto del establecimiento. Yo domino con la vista la situación sentado con la espalda hacia la pared.

Pides un refresco y ahora te noto el nerviosismo aunque lo intentas disimular haciendo alarde de tu simpatía mientras charlamos de cosas banales y nos estudiamos disimuladamente.

Detecto que te esta costando trabajo aguantar mi mirada y empiezas a evitarla cuando hablas girando la cabeza hacia los lados, a un punto imaginario. Gesticulas con las manos y te las agarras inconscientemente. Te noto inquieta y en un momento de tu charla, te interrumpo ligeramente para decirte en voz baja y tono imperativo que me mires a los ojos mientras hablas. Te quedas callada y siento como acusas la orden. Me respondes en voz baja – si, perdona.

Te has quedado seria y sigues hablando en tono mas sosegado, parece que insegura y haces esfuerzos para mirarme a la cara mientras lo haces.

Te corto nuevamente y te pregunto de forma inesperada por el color de tu ropa interior. Bajas la vista y te pones colorada mientras susurras – blanca. Te pregunto por que has elegido ese color y me respondes que sabes que es mi preferido. Podías haber respondido cualquier cosa pero dices la verdad sin esconderte y eso me agrada.

A partir de éste momento has perdido el ritmo de la conversación y empiezas a responder a las preguntas que te hago en ese tono inquisitivo que sé que te gusta. Lo haces en algunos casos con gran zozobra pero no esquivas ninguna. Estas dispuesta a agradarme por que lo que has visto te agrada a ti también y eso es lo que querías tener claro. A partir de ahora no tienes reparo en responder a nada y vas explicando, en algunos casos poniéndote colorada, todo lo que saco a colación sobre tus gustos y forma de pensar.

No tienes experiencia pero sé de tu carga de deseo así es que te empiezo a explicar detalladamente lo que espero de ti, lo que me gusta y a donde quiero llegar al mismo tiempo que requiero tu afirmación a cada una de las situaciones que te expongo. Mantienes la vista baja cuando respondes y te tengo que recordar continuamente que la levantes. Se que te sientes azorada pero doy por sentado que ésta situación te gusta.

Continúo con mis explicaciones dando en algunos casos tanto detalle que no dejo nada a la imaginación. Escruto tu mirada y detecto que todo es de tu agrado hasta el punto que empiezas a morderte el labio inferior y a sentirte inquieta en tu asiento mientras cruzas los dedos de tus manos sobre la mesa y las aprietas en algunos casos como válvula de escape del torrente de sensaciones que te asaltan. No puedes disimular ya lo que estas experimentando.

Me pides permiso para ir al baño un momento y te respondo que si pero que traigas tu braguita y me la entregues para saber si te sientes a gusto en mi compañía y es de tu agrado lo que estamos hablando. Bajas la mirada y te pones totalmente colorada mientras susurras – estoy empapada, Señor. Puedo ir?

jueves, 14 de agosto de 2008

Relato de una sumisa.

Postrada en mitad de la habitación, desnuda y desconcertada espero su regreso. Tengo las muñecas atadas a la espalda y los tobillos se unen con una ligadura de cuero. Mi frente toca el suelo pero mi cuerpo permanece totalmente relajado. Mi cerebro repasa incansablemente la última escena, las últimas palabras, el ultimo gesto de Mi Amo.

Me muerdo ligeramente los labios y ráfagas de imágenes se cruzan en mi mente. Mi única preocupación no es el tiempo que llevo en esa postura. Se que deberé permanecer en ella mucho mas...No es el frío que empieza a dejar insensible mi piel, ni tan siquiera la sed que noto en la garganta.

Mi única preocupación es saber en que momento le disgusté. Sabe que mi mayor castigo es su silencio y esta vez lo esta aplicando a fondo. Se que cuando regrese su pregunta será directa...-Y bien?.

Y se, que con mi respuesta dará su siguiente paso. Así es que trato por todos los medios de descubrir el motivo de su enojo. No por librarme de un nuevo castigo, que viniendo del El para mi es un regalo, sino por privarme del placer de verme reflejada en sus ojos. A pesar de la zozobra que me embarga noto como una oleada de calor sacude mi cuerpo. Y vaya como lo sacude. Noto como mi sexo se contrae ligeramente ante el pensamiento obsceno que acude inesperadamente y hace que me relama como una gata satisfecha apurando su última gota de leche....

Corrijo inmediatamente mi pequeño desliz y vuelvo a concentrarme en mi trabajo de búsqueda pero resulta infructuoso. Pasan los minutos y apenas llego a oír como se abre la puerta...Una risa alegre y fresca pone todos mis sentidos en marcha. La luz hace que parpadee pero no levanto la cara. No es el momento y lo se. La risa de Mi Amo mezclada con la de la desconocida es el peor de los latigazos. Noto como su mano me agarra del pelo y sus ojos se clavan en los míos..-Y bien? desesperadamente busco algo que decir, pero solo el silencio acude en mi ayuda. La expresión de su cara se hace insondable.

Se levanta coge un sillón y se sienta justo enfrente de mi. No hay mas de dos metros de distancia...un mundo entero.

Chasquea los dedos y una belleza rubia de aspecto tímido entra en mi campo de visión. Mi mirada recorre de abajo hacia arriba cualquiera de los pequeños detalles que la rodean. Botines negros con tacones de aguja altísimos, unas piernas bien formadas desaparecen a la altura de las rodillas bajo una falda negra ceñida a unas suaves caderas. Camisa negra y una larga melena con ondas que roza su cintura. Poco mas puedo ver..lo suficiente como para que mi cuerpo se tense. La furia hace que respire hondo y trate de calmarme. Mi Amo la sienta en sus piernas, de lado, y comienza a besarla lentamente sin apartar ni un segundo su mirada de la mía.

Esta tranquilo. Yo diría que hasta se divierte, lo que hace que me tense mas aun. Su lengua recorre la de la dulce criatura que lo mira con adoración. Sus manos recorren una y otra vez su cuerpo…tentando, palpando, provocando...Haciendo que en cada caricia sienta una muerte agónica.

Mi mirada baja lentamente y eso provoca su reacción. Se levanta de golpe, casi con violencia y la muchachita despierta repentinamente de su momento de gloria. Me agarra de nuevo del pelo y nuestras miradas se enzarzan en un dialogo lleno de pasión que a ambos nos sacude.

-Has aprendido algo T ...... ?

-Si, Mi Amo,

-Me alegro pequeña.

Se gira, coge de la mano de la asombrada jovencita y con voz baja y pastosa murmura:

- Cachorra, he aquí a mi sumisa mas preciada, mírate en ella y aprende,
por que goza de todo mi cariño y respeto.

- Desátala y acercaros las dos. Vuestro Dueño impaciente os espera

Trycia.

Sumisa.

Soy una mujer aparentemente normal. No me distingue nada del resto. Solo un hilo invisible marca la diferencia: Yo soy sumisa. Mi alma mi corazón y mi cuerpo pertenecen a Mi Amo. No soy inferior a El si no de El. Y pertenecerle es un orgullo. Así es que cada día trato de superarme para ofrecerle lo mejor de mi misma. No soy una mujer débil ni dócil; solo El tiene la llave de mi rendición anticipada. Mi cuerpo es el centro de sus placeres, de los que no tiene ninguno prohibido. Y mi corazón se desborda enamorado ante su presencia. Ser sumisa no tiene horarios, no hay domingos ni festivos. No se despierta una una mañana y decide ser sumisa. Es un sentimiento total de entrega que con los años se va refinando. No es fácil, no es cómodo y a veces puedo resultar hasta doloroso. Pero a cambio recibo el mayor de los regalos cada día: su mirada, su atención y sus cuidados. Sin El seria una mujer mas, sin El perdería toda mi esencia...la sumisión.

Trycia.

martes, 12 de agosto de 2008

La primera entrega (parte dos)

Has quedado desnuda, de pié, mostrándote de nuevo frente a mi esperando mis órdenes. Miras hacia el suelo pero intentas descubrir el bulto en mi pantalón. Sé que estas excitada, te huelo. Me levanto y doy una vuelta lentamente a tu alrededor…me detengo a tu espalda. Te noto tensa, esperando. Te ordeno en voz baja que abras las piernas y pongas tus manos a la espalda. Obedeces sin dudarlo. Vas bien….. esperas mi siguiente paso que imaginas ya y te humedeces entre las piernas. No te defraudo, paso la palma de la mano por tu sexo sintiendo por primera vez tu humedad, la suavidad de la piel de tu coño completamente depilado según mis órdenes. Te oigo respirar profundamente mientras lo hago y hasta diría que en mi mano cae una gota de tu interior.

Te ordeno que eches el cuerpo hacia delante y sin dudar te pones a mi disposición mostrandote obscena mientras tus pechos cuelgan debido a la postura. Me saco a tu espalda el miembro..no lo puedes ver pero has escuchado la cremallera. Has hecho un amago de volver la cabeza pero sabes que no, no debes moverte. Solo esperar acontecimientos. Despacio, apunto en tu coño mi polla dura y te relajas, sientes como te la meto despacio hasta dentro mientras sueltas un suspiro. Me quedo quieto sintiendo como te humedeces mas aun. Paso las manos por tu cintura y las subo despacio por los costados, sé que tienes cosquillas, me lo advertiste, pero no te mueves apenas, te muerdes los labios pero no te mueves. Busco tus pechos y los amaso sin compasión.

Cojo tus largos pezones, ahora duros entre los dedos comenzando a ejercer presión en ellos. Suspiras y te mojas mas. Haces un intento de moverte pero mi azote te paraliza en seco al tiempo que sueltas un grito ahogado. Cojo de nuevo tus pezones y ahora tiro sin piedad de ellos mientras ahogas un gemido mezcla de dolor y placer. Sudas y respiras fuerte mientras te sientes empalada y ansiosa por que empiece a moverme. Pero aun no es el momento.

Te la saco lentamente y te desconciertas…. Me pongo delante de ti, tienes la polla a la altura de tu rostro. Te cojo del pelo y te ordeno secamente “limpiamela”…. Abres la boca y torpemente me la empiezas a chupar. Sé que apenas lo has hecho en tu vida, que te ha parecido sucio eso siempre, pero me da lo mismo, aprenderás y te gustará por que eres mi puta y tu compromiso de entrega es sin condiciones. Mañana no te reconocerás cuando te mires en el espejo y rememores lo sucedido.

Te follo la boca durante unos minutos sujetándote la cabeza de ese bonito peinado que te has hecho para mi. A veces te mantengo la cabeza apretada para que te entre hasta el fondo, sientes como te falta el aire pero sigues sin rebelarte por que sabes que no tienes que hacerlo. Cuando te suelto, respiras agitadamente. Noto tu excitación en aumento, el color de tu rostro, el brillo de tus ojos. Estas deseando que esto continúe sin parar y llegar a donde sabes que terminarás, tirada en el suelo, sintiendo las convulsiones de un orgasmo tas otro y sin poder moverte apenas. Perdida toda la voluntad y entregada totalmente a tu Amo.

De nuevo doy vueltas a tu alrededor mientras te mantienes en la misma postura. Sabes que ahora mi curiosidad se dirigirá hacia la virginidad que te queda aún. Jamás pensaste que esto podría llegar pero ahora nada te puede detener ya y quieres todo, que no quede ni un resquicio de tu virtud sin violar.

Me sitúo detrás de ti. Sabes lo que quiero y te mueves despacio para ofrecerme la mejor visión de tu culo virgen. Te ordeno que te lo abras con las manos y lo haces sin dudar un segundo en ello.

Me separo un par de pasos hacia atrás y te observo. Tienes un culo precioso, duro y apetecible. Te lo follaré pero tampoco será ahora que es lo que estas esperando.

Te miro detenidamente en esa postura indecente. Que hay de la dama virtuosa que conocí hace unos meses? Esa mujer seria con la que mantenía charlas de todo tipo hasta que poco a poco fui arañando la capa de su camuflaje llegando por fin a lo que tenia dentro? Y tu, perra preciosa, te fuiste abriendo cada día un poco mas, entregándote con rubor al principio y con gran esfuerzo por mi parte para convencerte de que no tenias escapatoria.

Recuerdo aquel día en que después de una larga charla en el Messenger estabas completamente excitada, te veía los ojos a través de la cámara llenos de deseo carnal. Aun con la ropa puesta y sudando completamente. Vigilaba tus manos sobre el teclado y no te permitía que las bajases.

Deseabas masturbarte y te daba ya lo mismo que te mirase o que te diese de latigazos. Solo deseabas tener el placer que tu cuerpo no podía reprimir. Pero no te lo permitía y eso te hacia desearlo mas. Algo te impedía hacer tu voluntad y sabias que ya había tomado posesión de ti. Estabas sometida.

La Primera Entrega (parte uno)

Estas ahí, esperándome. Apartada de la gente, tímida. Mirando en tu entorno, buscando mi rostro.

Yo si te he visto en la distancia pero algo me detiene un poco mas antes de descubrirme y llamar tu atención. Te miro, te disfruto….

Repaso con la vista tu figura, desde tus elegantes zapatos hasta el recogido de tu pelo. Me quedo contemplando tu rostro, tu mirada inquieta al no verme aun. Has seguido bien mis instrucciones.

Me fijo en tu boca, en tus labios. Ese gesto tenso que tienes ahora mismo y que sé que dentro de un momento será una amplia sonrisa cuando me descubras por fin observándote. Fruncirás el gesto y me preguntarás cuanto tiempo llevo ahí, harás un mohín de enfado que se te pasará rápido aunque tu timidez te hará bajar la vista mientras sonríes al saber que te he estado mirando despacio, descaradamente, sin dejar un detalle.

Por fin llamo tu atención y me ves, vienes despacio y tu rostro se transforma a medida que la distancia entre nosotros se reduce. Tus ojos tienen otra luz, sonríes, me abrazas mientras me besas en la mejilla. Me preguntas, bajas la mirada y sonríes mientras te coges de mi brazo y nos encaminamos a la salida de la estación.

En el trayecto aun no eres capaz de aguantar mi mirada fija en tus ojos, te acercas tímidamente mientras charlamos despacio. Llegamos a tu casa y subimos en el ascensor. Estas tensa, nerviosa, Es la primera vez que nos vemos cara a cara y estamos en tu casa, en tu refugio. Abres la puerta invitándome con el gesto a que tome posesión de ella… de ti. Preferías que ésta primera cita fuese en tus dominios, no querías salir de tu ciudad, no querías un hotel anónimo.

Nos habíamos visto en fotos al principio, después a través de la cámara. Hemos hablado horas y horas por teléfono pero ahora estoy aquí, cerrando tras de mi la puerta de tu castillo donde ahora eres tu la prisionera.

Te quedas paralizada, esperando no sabes bien que, sin saber que decir. Te cojo de la mano y te atraigo hacia mí. No te resistes, te sientes arrastrada suavemente hacia mi pecho. Apoyas tu cabeza mientras me abrazas en silencio. Te beso el rostro despacio, oliendo tu perfume suave mientras te mantengo firmemente abrazada. Te abandonas.

Levanto tu cara y te beso los labios. Miro tus ojos y veo brillo en ellos. Vuelvo a besarte la boca, ésta vez con mas intensidad, con mas deseo en el beso. Abres la boca y la entregas. Una rendición sin condiciones mientras siento como tus manos me aprietan contra ti.

Tu respiración se esta agitando y escondes la cara en mi hombro. Te beso el cuello y siento como te estremeces pero aguantas el escalofrío. Te pegas mas a mi cuerpo, quieres sentirlo mientras sigo besando despacio tu cuello y noto como el cosquilleo acelera tu respiración. Juego con mis dedos en tu nuca y te levanto la cara cogiéndote firmemente del pelo. Me miras con la boca entreabierta, los ojos brillantes de deseo y fuego en el aliento. Quieres mas, lo quieres todo y no puedes esperar.

Te muerdo los labios, te beso jugando con mi lengua. Sujetas mi nuca apretando tu boca contra la mía mientras tu cuerpo busca el mío con descaro. Tu pierna busca el roce entre las mías y noto el calor que te invade cuando sientes mi erección.

Tu timidez te impide tomar la iniciativa pero no dejas de provocarme para que dé un paso mas, besándome sin parar, quemándome con el aliento, buscando con tus manos mi espalda para apretarte mas contra mi cuerpo, te rozas descaradamente mostrando tu deseo ya sin rubor.

Te estremeces cuando sientes mis manos recorrer tu cuerpo sobre la ropa, acariciando cada rincón, deteniéndome en las zonas que te han producido un cierto sobresalto para a continuación abandonar tu cuerpo a mis dedos que exploran ya descaradamente todos tus rincones sin respetar botones ni cremalleras.

Siento como se diluye la mujer madura, seria y segura de si misma en su mundo profesional, la que en su timidez se ha ido dejando arrastrar por las sensaciones desconocidas. Dejas salir a la hembra en celo, la que desde hace meses desea en silencio éste asalto a su virtud dejando que le arrasen completamente, entregándose sin condiciones y sabiendo que esto no ha hecho mas que empezar.

Te separo de mí y cojo tu mano. Te llevo lentamente hasta lo que supongo es el salón y donde has dejado preparadas todas las cosas que te dije. Ahora has reparado ya con inquietud en esa bolsa de piel negra que llevo en la otra mano y que sabes lo que contiene. Notas un escalofrío que te recorre el cuerpo.

Me siento en un sillón mientras permaneces de pié ante mi. Esperando mis órdenes. Miro con aire distraído todo lo que has preparado en la mesita que tengo al lado del sillón. Has hecho todo con exquisito cuidado.

Te miro directamente a la cara mientras te ordeno sin levantar la voz que te quites la ropa despacio. Sientes como el calor sube a tus mejillas. Nunca te has sentido tan desnuda como te hago sentir ni tan vulgar como sabes que te sentirás dentro de unas horas mientras te asaltarán los espasmos de unos orgasmos inesperados e intensos que hasta ahora has sentido en soledad pero que sabes que hoy serán ya entregándote sin condiciones. Tal y como hemos pactado. A partir de hoy eres mi juguete sexual, mi sumisa, mi esclava.

Lentamente has ido dejando en una silla, bien doblada toda tu ropa y solo te quedas con esas medias negras y tus zapatos de tacón como sabes que es mi deseo.

Permaneces ahora con la vista baja y mas desnuda que nunca ante mi, con las manos cruzadas en el regazo intentando tapar tu desnudez al tiempo que inevitablemente sientes el calor que te invade por dentro.

Te ordeno que te des la vuelta para observarte con detenimiento. Lo haces dejando que mis ojos te violen completamente hasta el último rincón de tu cuerpo. Pechos aun firmes con los pezones duros que sobresalen ahora por la excitación, un culo que se mantiene en forma gracias al gimnasio, vientre plano, piernas bien torneadas, el sexo completamente depilado.

A tus cuarenta y cinco años y después de dos embarazos estas muy bien conservada y lo sabes. Sabes que me excitas. Eres una mujer que atrae a tus compañeros de profesión aunque ellos no saben tu secreto. Simplemente les mantienes a distancia por que desde hace meses eres de un solo hombre. Tu Amo. Desde tu divorcio apenas has tenido alguna relación esporádica que no dejo huella en ti. Después nos conocimos y poco a poco me fuiste dando a conocer tus rincones ocultos a medida que comprobabas que tenias ante ti a la persona que te podía llevar a conocer esas sensaciones que solo habías imaginado.

Y hoy por fin es el día en que te sentirás de verdad usada y tratada como la perra que llevas dentro, la que bajo esa timidez esconde una carga de deseo incontenible que se dispara cuando su Amo la transforma en un juguete de sus deseos y caprichos.